Orishas: la fuerza pura

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Orishas: la fuerza pura
Por: Lorena Espinoza
26 de abril del 2002
 
La colonización del nuevo mundo representó un problema con la mano de obra, y surgió así la importación de negros africanos hacia 1501. Fueron utilizados en todos aquellos trabajos que el blanco consideraba demasiado rudos y desagradables. Portugal debutó como el primer país que inició el tráfico. En la América hispánica se inició con los esclavos traídos desde las factorías portuguesas, aunque la esclavitud en Africa existía desde hacía bastante tiempo.

Por lo general los traficantes se apoyaban en ciertos jefes y tribus que habitaban las costas, que organizaban la cacería y venta de miembros de otras tribus.

El desarrollo de la industria azucarera sirvió para transformar el régimen cubano en un sistema esclavista. La esclavitud era la única fórmula que garantizaba a los dueños que sus obreros abandonaran las plantaciones para transformarse en pequeños agricultores y productores.

Las plantaciones y las exigencias inhumanas agotaba la vida de los esclavos en solo siete años, lo que originó una fuerte demanda por más mano de obra esclava y a un incremento sin precedentes de la importación de negros.

Entre 1821 y 1860 entraron más de 350 mil esclavos africanos procedentes de Costa Marfil, Calabar, Dahomey, Togo, Costa de Oro, entre otros. En Cuba la etnia más importante es la yoruba. Venía del antiguo Dahomey, Togo y del sudoeste de Nigeria.

Yoruba es el término que identifica a todas las tribus que hablaban la misma lengua, aunque no estuvieran unidas ni centralizadas políticamente. Por consiguiente es una denominación lingüística. Una de las tribus fue la de Ulkumí, mencionada ya en 1728 y origen de la palabra lucumí, con la que se llamaban a todos los yorubas que llegaron a Cuba durante la trata.

Su fundamental influencia cultural sobre los isleños la ejercieron por medio de su religión. Sus deidades u orishas siguen vivas e influyentes. El orisha es una fuerza pura, inmaterial que no puede hacerse perceptible a los humanos, sino tomando posesión de uno de ellos.

 

 

 

 

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