Cienfuegos no nació con este nombre, sino con el de Fernandina de Jagua. Fernandina  en honor del monarca Fernando VII, y Jagua que en lengua aborigen significaba ¨principio, fuente, riqueza, manantial¨.

El escritor norteamericano Samuel Hazard, autor del libro “Cuba a pluma y lápiz”, visitó Cienfuegos durante la segunda mitad del s. XIX y se hospedó en el Hotel La Unión de esta ciudad.

En la cueva Martín Infierno, importante sitio natural de Cienfuegos,  se halla localizada la estalagmita más alta de Cuba y una de las mayores del mundo, con 67,2 m,  según la Sociedad Espeleológica de Cuba.

A partir de una vieja majagua (árbol endémico), el alférez Félix Bouyón Turner trazó la primera manzana de la población de Cienfuegos, que continuó creciendo con semejante trazado recto.

Una de las primeras tierras visitadas por el cura español Bartolomé de las Casas en el siglo XVI, fue Cuba, y su lugar específico de asentamiento inicial fue la comarca de Jagua, hoy provincia de Cienfuegos.